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domingo, 11 de octubre de 2015

PATRIMONIO ESPIRITUAL DE LA HUMANIDAD

Patrimonio espiritual de la humanidad

 

Lo que abajo sigue es de mi autoría, más abajo tomo un estracto de la Encíclica Fides et Ratio para referir.

Parecería ser de considerar, el que, como atribuimos distintos significados a los mismos términos, el legado  espiritual de la humanidad es dificil de entender, o que lo entendamos de la misma manera.
Todos los hombres en general y en particular vivimos distintas historias de vida, tenemos distintos proyectos de vida, insertos en tradiciones diversas, o en mi caso, inserto en 4 tradiciones, o 5, de Galicia, Italia, Alemania y Austria, y Argentina. Católico, luterano, espiritista, popular, etc
Muchas veces nos vinculamos a tradiciones aún sin quererlo por tomar términos de las mismas, y darles un giro semántico, "apropiándonos", de lo que no nos pertenece directamente.
Pero he que aqui, juega un rol significativo la "libertad de religion", como posibilidad privada, intima e inalienable que tenemos los hombres que vivimos en un Estado, para vivir por lo que entiendemos ético. En este marco debemos reflexionar todos los días en la tolerancia en la Republica democrática Argentina.
El ser pacientes y esperar..., abrirse y ser pragmaticos en politica -como dijo el Santo Padre Francisco en el Capitolio de los EEUU- abrirnos al entendimiento del otro. "No dividir el mundo en buenos y malos, justos y pecadores". 
Posibilitar al otro el expresarse y sobre todo realizarse como persona. Pues dentro de cada persona anida un mundo de maravillas, para expresarse en el mundo por medio del trabajo. Buscando que cada uno pueda expresarse por medio del trabajo lograremos la paz. Tal vez el gran ideal es una comunidad mundial en la que todos tengamos la Gran Opción de trabajar.

De la Encíclica Fides et Ratio de San Juan Pablo II, punto 4, segundo y tercer párrafo.

La capacidad especulativa, que es propia de la inteligencia humana, lleva a elaborar, a través de la actividad filosófica, una forma de pensamiento riguroso y a construir así, con la coherencia lógica de las afirmaciones y el carácter orgánico de los contenidos, un saber sistemático. Gracias a este proceso, en diferentes contextos culturales y en diversas épocas, se han alcanzado resultados que han llevado a la elaboración de verdaderos sistemas de pensamiento. Históricamente esto ha provocado a menudo la tentación de identificar una sola corriente con todo el pensamiento filosófico. Pero es evidente que, en estos casos, entra en juego una cierta « soberbia filosófica » que pretende erigir la propia perspectiva incompleta en lectura universal. En realidad, todo sistema filosófico, aun con respeto siempre de su integridad sin instrumentalizaciones, debe reconocer la prioridad del pensar filosófico, en el cual tiene su origen y al cual debe servir de forma coherente.
 
En este sentido es posible reconocer, a pesar del cambio de los tiempos y de los progresos del saber, un núcleo de conocimientos filosóficos cuya presencia es constante en la historia del pensamiento. Piénsese, por ejemplo, en los principios de no contradicción, de finalidad, de causalidad, como también en la concepción de la persona como sujeto libre e inteligente y en su capacidad de conocer a Dios, la verdad y el bien; piénsese, además, en algunas normas morales fundamentales que son comúnmente aceptadas. Estos y otros temas indican que, prescindiendo de las corrientes de pensamiento, existe un conjunto de conocimientos en los cuales es posible reconocer una especie de patrimonio espiritual de la humanidad. Es como si nos encontrásemos ante una filosofía implícita por la cual cada uno cree conocer estos principios, aunque de forma genérica y no refleja. Estos conocimientos, precisamente porque son compartidos en cierto modo por todos, deberían ser como un punto de referencia para las diversas escuelas filosóficas. Cuando la razón logra intuir y formular los principios primeros y universales del ser y sacar correctamente de ellos conclusiones coherentes de orden lógico y deontológico, entonces puede considerarse una razón recta o, como la llamaban los antiguos, orthòs logos, recta ratio.

11/10/2015

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