La persecución con la espada de la computadora
Carta pastoral de monseñor Joaquín Piña, obispo emérito de Puerto Iguazú, para el 28º domingo durante el año
(15 de octubre de 2006)
Hermanos y amigos:
Ser cristiano es seguir a Jesús, así de simple. Como un discípulo que le sigue a su maestro.
Fácil de decirlo. ¡Lo hemos repetido tantas veces! “El que quiera ser mi discípulo, (...) cargue con su cruz, cada día, y sígame” (Lc. 9,23) Otra cosa será a la hora de cumplirlo. Si es que no lo tomamos en serio. Porque esto de “cargar la cruz” significa muchas cosas. No es sólo que nos lleven presos, y nos torturen físicamente, y aún nos maten, como a Jesús, y como ha sido el caso de tantos mártires, a lo largo de la historia.
Existen también otras formas de martirio, o de persecución. Algunas menos llamativas. Esto del “cada día”, que dice el Evangelio, parece sugerirlo. Son mártires sin corona ni una palma en la mano. Mártires anónimos. Nadie supo lo que pasó con ellos. Posiblemente en su interior. Hay gente que ha sufrido mucho, y sin embargo nunca se quejó. Estos son los héroes que a mí me gustan. Los quejumbrosos, se pierden la mitad de su mérito.
Hoy en día existen formas más sofisticadas de persecución. Los perseguidores ya se han dado cuenta de que no les conviene hacer mártires a lo Angelelli. Les sale caro. Porque la verdad, al final, siempre sale a flote, y ellos quedan muy mal. (Que es lo que le va a pasar a esos calumniadores de hoy)
Actualmente se persigue con la espada de la palabra, o la computadora, que parece algo más anónimo o disimulado. Los que no tienen moral ni ética, manejan la difamación, la mentira, la calumnia, como si nada. La verdad que son sucios. Tan sucios que ellos mismos se desprestigian. ¿Quién les va creer?
No importa. Según la Biblia, pueden incluso ser instrumentos de Dios para purificación de los suyos. En realidad que no ha habido hombres o mujeres de Dios que no hayan tenido que pasar por esta prueba.
No me considero un “hombre de Dios” (¡Ojalá que lo fuera!). Pero cuando entré en esta pelea por la defensa de la democracia y de la dignidad de mis hermanos, sabía lo que me iba a suceder. Y no me asusté.
Hay gente que no puede tolerar la luz. Son como los topos. San Agustín decía que “para los ojos enfermos, es odiosa, (les molesta) la luz que a los otros, (los sanos), les resulta amable”.
Está claro que la verdad les molesta, y por esto se vuelven contra ella. Con todas las armas a su alcance: la mentira y la calumnia, como les decía. O, según nuestra expresión popular, “para embarrar la cancha”. Era de esperar.
Y yo dije que no me preocupaba demasiado, porque la verdad, por sí misma, se abre paso. Y porque Dios me dio, (y se lo agradezco), buenas espaldas. Y porque la gente ya sabe quién es quién; y a quién puede creerle y a quién no.
Lo cual no significa que no me moleste un poco, es parte de mi cruz, y la cruz siempre es pesada, o incómoda. Y me molesta, no tanto por mí, como ya les he dicho, sino porque quieren salpicar, herir a la que es mi Madre, la Iglesia, y a los miembros de ella, que son la mayoría de ustedes, mis hermanos. Me vinieron ganas de decirles a algunos lo que Jesús le dijo a los que iban a prenderle, en el huerto de los Olivos: “Si me buscan a mí, dejen a éstos que vayan en paz” (Jn. 18,8)
Me ha parecido conveniente decir todo esto ahora que estamos en medio de una campaña tan sucia, de parte de algunos. No les tengan miedo. Si nos persiguen, es una buena señal de que estamos con Jesús. Pero lo que sí siento es que le persigan y le traten mal a esta pobre gente, encima que ya ha sufrido tanto. Que les amenacen, les aprieten: Van a perder el puesto. El Plan Social. La casa que les íbamos a dar. El bolsín. Qué sé yo... ¡Qué lástima, como dije tantas veces, que nuestra gente viva (o malviva) dominada por el miedo!
Claro que conviene aclarar, y téngalo claro, que en el cuarto oscuro, no me ve nadie más que Dios. Y nadie puede comprar mi voto, que es mi conciencia. Aclárenselo bien a la gente.
Les bendice su Padre Obispo
Mons. Joaquín Piña Batllevell, obispo emérito de Puerto Iguazú
Observación: Como dijo el Padre Alfonso, “emérito” no quiere decir “inútil”, tal vez sea todo lo contrario...
No hay comentarios:
Publicar un comentario